La Casa de Pilatos
constituye un gran complejo edificatorio inserto en el casco histórico de
Sevilla, en el sector de Santa Catalina-Santiago. Ocupa, junto con el
colindante Convento de San Leandro, gran parte de la manzana que se extiende
entre las calles Caballeriza, San Esteban e Imperial.
Casa de Pilatos 1483-1599 |
El
edificio tiene fachadas a varias calles y espacios públicos: la calle
Caballerizas, la plaza de Pilatos y la calle Imperial, produciéndose el acceso
principal desde la plaza de Pilatos.
Hacia
este ámbito el edificio presenta una fachada en L, en uno de cuyos lados se
abre la portada de piedra -vano de medio punto flanqueado por pilastras
dóricas, con medallones en sus enjutas y ménsula en la clave-, mientras que el
otro tramo presenta una edificación de dos alturas destacando, en el nivel
superior, la logia denominada popularmente Ecce Homo, formada por cuatro vanos
de arcos de medio punto que apoyan sobre columnas de mármol. Las fachadas a las
calles Caballerizas e Imperial tienen un carácter más hermético. Hacia la calle
Caballerizas se abren 5 balcones protegidos con guardapolvos de pizarra,
mientras que hacia la calle Imperial el palacio se cierra con un muro continuo
en el que predominan los paños ciegos, acabando, hacia la plaza de San Leandro,
en un tramo en el que se abren vanos regulares superpuestos.
El
palacio se estructura en torno a dos patios, el de ingreso y el principal en
torno a los cuales, en una y dos plantas se disponen las estancias principales.
A ambos lados de este cuerpo principal, ocupando el resto de la parcela, se
extienden dos jardines de distintas dimensiones y formalización. El denominado
jardín chico, en el lado este y el jardín grande al oeste. En el edificio
predominan las cubiertas inclinadas de teja árabe (esmaltadas en blanco y azul
en la zona de la escalera).
Una vez franqueado el
ingreso se accede al patio denominado Apeadero, de dimensiones cuadrangulares,
rodeado por sus lados norte y este de una galería, de una planta -de cuatro
tramos por cada lado, formados por arcos que apean sobre columnas de mármol-.
En el frente sur, entre el patio y la calle Caballerizas, se levanta una crujía
de dos plantas y cubierta plana. Enfrentado con el ingreso, se produce el
acceso a las caballerizas, a través una portada de piedra, con arco de medio
punto, que se abre en el cuerpo, de dos plantas que alberga el volumen de la
escalera.
El
recinto de las caballerizas consta de dos naves, de cinco tramos, cubiertas con
bóvedas de crucería que apoyan sobre columnas pareadas en el pórtico intermedio
y sobre pilastras en los muros exteriores.
Rodeando
al patio principal se disponen una serie de estancias descritas, a
continuación, siguiendo un recorrido de este a oeste y que presentan, como
denominador común, unos paramentos recubiertos de azulejos y yeserías. En la
crujía este, entre el patio y el Jardín Chico se dispone el Salón del Pretorio
o de los azulejos, de dimensiones rectangulares, techo de casetones mudéjares y
portajes de taracea tallada; a continuación se dispone otra estancia de menores
dimensiones. El frente norte alberga dos estancias: la denominada Antecapilla o
de Descanso de los Jueces y una sala anexa. La Antecapilla es de dimensiones
rectangulares y se cubre con una estructura de vigas y tablazón labrados; en
sus paramentos destaca la portada de yeserías mudéjares que antecede a la
Capilla, considerada la parte más antigua del palacio, por sus bóvedas nervadas
y las molduras de la ventana de estilo gótico.
A continuación, ocupando
la esquina noroeste del patio y sirviendo de tránsito entre dicho patio y el
Jardín Grande se abre una estancia sensiblemente cuadrada, denominada Gabinete
de Pilatos en cuyo centro se sitúa una fuente octogonal, de azulejos. En el
frente oeste, entre el patio principal y el Jardín Grande se desarrolla una
crujía que alberga dos estancias, la Sala de las Columnas, de dimensiones
rectangulares cubierta con un techo de alfarje -uno de sus huecos hacia el
Jardín Grande, flanqueado por dos columnas, alberga una reja plateresca- y una
sala contigua de menores dimensiones.
Desde la
esquina suroeste del patio se accede a la monumental escalera que comunica las
plantas baja y superior del palacio. Tiene un desarrollo de tres tramos, de
aproximadamente 3 m. de anchura, y una configuración espacial muy singular; los
materiales empleados son: solería de losas de Tarifa, paramentos de azulejos y
yeserías y artesonados en su cubrición, destacando la cúpula de media naranja,
dorada, de lacerías con pechina de mocárabes que cubre la parte central.
En planta
alta, la escalera principal desembarca en un espacio desde el que se accede,
por un lado a las estancias privadas y, por otro, a la galería superior que
recorre los flancos oeste, norte y este del patio principal, a la que se abren
las distintas salas y cuyos paramentos aparecen jalonados de fragmentos de
pinturas murales, restos de la que sería la decoración primitiva.
La primera estancia a la
que se accede desde el flanco este es la denominada Salón de los Frescos o de
las Vidrieras; de dimensiones rectangulares, debe su nombre a los murales con
el Triunfo de las Cuatro Estaciones que decoran sus paramentos; se cubre con un
artesonado mudéjar de par y nudillo. Desde esta sala se accede a un pasillo en
L, seccionado de otra estancia que accede, por uno de sus extremos, a la
galería que se abre sobre el Jardín Chico y por el otro a las salas que
conforman la crujía norte de dicho patio: las denominadas Salón de fumar y
Comedor. La primera, de dimensiones cuadradas, se cubre con artesonado mudéjar.
El Comedor es una estancia de dimensiones rectangulares que se cubre con un
artesonado mudéjar y aparece presidida por una chimenea de piedra negra que procede
de la desaparecida biblioteca del palacio. Desde el extremo occidental del
Comedor se accede al Salón del Torreón.
Esta
estancia funciona como espacio de distribución; se comunica, hacia el oeste,
con las estancias que comprenden la logia oeste, hacia el este con el Comedor y
hacia el sur con la galería que se abre al Jardín Grande y las estancias que
construyen el flanco oeste del Patio Principal. Su techo se eleva a gran altura
cubriéndose con un artesonado de planta octogonal, sobre pechinas. En uno de
sus frentes se adosa una chimenea de mármol rojo y negro. Por la esquina
noroeste del Torreón se accede a la Librería, estancia cuadrangular, desde la
que, a su vez, se pasa al Salón de Retratos Este.
El flanco
oeste del Patio Principal comprende una crujía, dividida en tres estancias, a
la que se trasdosa la galería superior que se abre al Jardín Grande. Estas
estancias, comunicadas entre sí son el Salón Oviedo, -cuyo nombre alude al
arquitecto del siglo XVII a cuyas trazas corresponden las yeserías del techo-,
el Salón Pacheco, con un techo pintado por Francisco Pacheco, cuyo tema central
es la Apoteosis de Hércules y el Gabinete, estancia cuadrada de techo pintado
que completa esta crujía, presidida por una chimenea con placas de porcelana de
Sevres.
En el
resto de la parcela se desarrollan el Jardín Chico y el Jardín Grande. El
Jardín Chico ocupa el sector oriental. A él se accede desde el Salón del
Pretorio, a través de una galería, denominada corredor de Zaquizamí; este
corredor se abre al jardín con una arcada de tres vanos -de arcos de medio
punto sobre columnas de mármol-cubierta con un alfarje de casetones. Desde este
espacio se accede, por su frente sur a las dependencias privadas que ocupan el
cuerpo que da fachada a la plaza de Pilatos; en el extremo opuesto el corredor
se prolonga -y también el techo de alfarje-, quedando anexo el Salón Dorado.
Este recinto, de dimensiones cuadradas, penetra en los jardines como un volumen
cúbico coronado por una terraza; se cubre con un techo de casetones; en cada
uno de sus paramentos se abre un hueco, albergando uno de ellos una reja
plateresca.
El Jardín
Chico es un espacio abierto delimitado por las fachadas del palacio, el muro de
cerramiento hacia la calle Imperial y el muro medianero con las edificaciones
que dan a la calle Medinaceli. Las trazas del jardín se ajustan a un diseño
geométrico de muros y parterres en los que se intercalan elementos clásicos,
como columnas y estatuas. Se estructura en tres ámbitos de estilo y composición
diferentes. El primero, de dimensiones rectangulares, se dispone frente al
corredor de Zaquizamí. Entre este ámbito y el siguiente discurre una alberca
rectangular en uno de cuyos extremos se ubica una estatua de bronce.
El
segundo ámbito está formado por dos terrazas rectangulares dispuestas a
distinta altura; la terraza superior se estructura en 4 parterres, ubicándose
en el centro una estatua sobre columna. El tercer recinto se conforma con una
sucesión de arriates que siguen un trazado geométrico cerrado, definiendo una
glorieta central. Desde el extremo noroeste de este recinto se accede a una
escalera que sube a las terrazas escalonadas que conforman la cubierta de las
construcciones comprendidas entre la calle Imperial y las crujías perimetrales
del patio principal.
En el extremo opuesto del
edificio se desarrolla el Jardín Grande o de las Logias, un recinto de
dimensiones rectangulares que se ordena siguiendo un trazado geométrico
unitario. Los ejes principales se rematan con sendas logias en los lados norte,
oeste y sur, donde se exponen una variada muestra de esculturas clásicas. El
eje del jardín queda marcado por una fuente de taza sobre pila octogonal, de
mármol, cubierta por una estructura metálica. El resto se completa con una
trama reticular de parterres rectangulares.
Al jardín
se accede desde una galería en L, de dos plantas, de arcos de medio punto sobre
columnas de mármol. Enfrentada a esta galería se abre la logia oeste, también
denominada Cenador. Es un cuerpo de una planta que se abre al jardín con una
arcada de tres vanos -de arcos de medio punto que apoyan sobre columnas de
mármol elevadas sobre un plinto prismático-. En los paramentos se abren dos
órdenes de hornacinas que albergan una serie de bustos y estatuas. Desde este
ámbito se accede a un pequeño recinto previo al denominado Patio de las
Tortugas. Desde este espacio parte una escalera que sube a una galería que se
va plegando a la medianera, formando como un balcón al jardín.
El otro
eje del jardín se remata en ambos extremos por sendas logias, de dos plantas.
La logia
norte, de dos crujías en las que se distribuyen seis estancias, presenta una
fachada al jardín en la que se abre un cuerpo central de arcadas sobre columnas
de mármol, en dos plantas; el conjunto se remata superiormente con un pretil.
En planta baja, el centro de la logia lo ocupa una fuente circular de cerámica
vidriada, enrasada con el pavimento. En los paramentos se reproduce, como en la
logia oeste el ritmo de las arcadas, abriéndose huecos y hornacinas de
dimensiones y contenido similares.
Por
último en el frente sur se abre otra logia en dos plantas, de dimensiones y
estructura similar a la opuesta -tres vanos, fuente central,...). En planta
baja, la crujía en la que se abre la logia -que se completa con sendas
estancias laterales, - se adosa a la nave de las Caballerizas, mientras que en
planta alta forma parte de las estancias privadas distribuidas en otras dos
crujías paralelas a la calle Caballerizas.
Época
Los
primeros datos sobre el origen del conjunto palaciego datan de 1483,
prolongándose su construcción a lo largo del siglo XVI. Tras su relativo
abandono durante el siglo XVIII, se restaura a partir del siglo XIX.
Estilo
La Casa
de Pilatos constituye uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura
doméstica andaluza del siglo XVI, coexistiendo en su construcción elementos de
tradición medieval -mudéjar principalmente- y las nuevas formas renacentistas.
Junto a la concepción
clasicista del patio, en lo que se refiere a su estructura espacial, elementos
constructivos y ornamento (trazado del recinto, dimensiones del vacío,
arquerías, decoración de pinturas murales, ...), coexiste, en los mismos
términos, lo musulmán (mecanismo de acceso a este ámbito en recodo, puntual
irregularidad de los intercolumnios, empleo masivo de un elemento de tradición
almohade como es el azulejo -si bien los motivos ornamentales desarrollan una
variedad de estilos-, decoración de yeserías con inscripciones árabes, ...). En
el resto del conjunto palaciego se produce la integración, a lo largo de su
historia, de una variedad de ámbitos y elementos constructivos como los
artesonados mudéjares, las logias manieristas de Juan de Oviedo, las rejas
platerescas o el jardín romántico.
Autores
La Casa
de Pilatos -resultado de un dilatado proceso de edificación y restauración, en
el que se suceden y superponen las intervenciones de autores diversos- debe en
gran medida su actual fisonomía a la etapa inicial de obras, promovidas por don
Fadrique Enríquez de Ribera, quien ocupó intensamente en ello los últimos años
de su vida.
Así, la
portada de ingreso y el labrado de 32 columnas para el patio principal proceden
de los talleres genoveses de Antonio María de Aprile, mientras que al
arquitecto Benvenuto Tortello se debe la formalización del Jardín Grande (con
galerías y logias superpuestas), donde se expuso buena parte de la colección
escultórica recopilada por D. Per Afan de Ribera III, contando para ello con la
labor del escultor y restaurador Giuliano Meniquini.
La
excepcional colección de azulejos proceden en su mayor parte de los talleres de
los hermanos Diego y Juan Polido, excepto las del salón del Pretorio, obra de
Diego Rodríguez y Juan Moreno.
Las obras
realizadas en el periodo de D. Fernando Enriquez de Ribera se deben al
arquitecto sevillano Juan de Oviedo, encontrándose entre estas la remodelación
de la fachada sur -denominada el quarto de las mujeres-, la Biblioteca y el
Salón de Armería.
A los
maestros Nicolás Ferrero y Andrés Correa se debe la autoría de la hornacina y
la cruz, de jaspes polícromos, que se ubican junto a la portada en 1630.
Considerado
uno de los ejemplos más brillantes de la arquitectura sevillana civil del siglo
XVI, fue mandado construir por el Adelantado de Andalucía don Pedro Enríquez,
venido de Italia, nombrado por los Reyes Católicos para minar el poderío de la
nobleza sevillana. En los últimos años del siglo XV se iniciará su construcción
sobre una pequeña capilla existente, que continuará su hijo don Fadrique
Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa en Tierra Santa. Actualmente
ocupada por sus actuales dueños, los duques de Medinaceli, que la conservan en
buen estado y permiten el acceso público a determinadas zonas de planta alta y
a la planta baja.