Tradiciones y leyendas de Sevilla.

De cómo Hércules fundó Sevilla.
Todos los historiadores afirman que Sevilla fue fundada por Hércules (aún siendo éste un dios de la mitología clásica).

Hace ahora alrededor de 3.000 años, llegaron a España los primeros navegantes fenicios, surcando el mar Mediterráneo.

Estos navegantes se acercaban en sus colonizaciones cada vez más al Estrecho de Gibraltar, que no pasaban por el miedo que entonces tenían al desconocido océano Atlántico.

El navegante Melkart, se decidió a pasar con su barco el Estrecho de Gibraltar llegando al océano Atlántico y costeó hacia el Norte, hasta que encontró la desembocadura del Guadalquivir.

Remontando este río llegó al lugar que ocupa hoy Sevilla. Aquí en un islote formado por dos brazos de río, fundó una factoría comercial a la que llamó Híspalis que en el idioma fenicio significa llanura junto a un río, o sea, marisma.

También enseñó a los indígenas turdetanos a capturar y matar a los toros bravos, sometiendo a su rey, a quien impuso entre otras cosas el cambiarse a la nueva religión egipcia.

Hasta aquí son los hechos tal como ocurrieron. Más tarde, sobre esta base real se formó la leyenda. Al morir Melkart, fue declarado por egipcios y fenicios como héroe, santo y dios, cambiándole su nombre por el de Herakles, y entre los latinos por Hércules.

Se le consideró héroe por navegar por un óceano desconocido y santo y dios por haber llevado una religión a unos pueblos salvajes.

De este modo fue como Hércules, pasó a formar parte de la mitología clásica.

Sevilla, ha reconocido siempre a Hércules como fundador de la ciudad. Así, se puede ver la estatua de Hércules en primer lugar en el arquillo del Ayuntamiento y en el paseo llamado Alameda de Hércules, construido en su honor.


Tradición del lagarto de la Catedral.
En el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla se encuentran colgados en una de las vigas del techo 3 objetos: un cocodrilo de tamaño natural, un bocado de caballo y un bastón de mando.

Por el año 1.260, el sultán de Egipto envió una embajada al rey Alfonso X el Sabio para pedir la mano de su hija Berenguela. La embajada trajo diversos presentes, entre ellos: un hermoso colmillo de elefante, un cocodrilo del Nilo vivo y una jirafa domesticada con su montura y su freno y bridas.

El rey castellano rechazó la petición de mano de su hija, devolvió la embajada cargada de buenas palabras y de regalos para el sultán, y aquí quedaron el cocodrilo y la jirafa. Pasado el tiempo, y muerto el cocodrilo, se disecó, y su piel rellena de paja fue colgada del Patio de los Naranjos junto con el freno de la jirafa.

Años después, se colgó como recuerdo la vara del embajador castellano que regresó de Egipto.

Resumen basado en el libro "Tradiciones y Leyendas Sevillanas" de José María de Mena.


Fiestas y Festejos que celebran los sevillanos a través del año.

ENERO.- La Cabalgata de los Reyes Magos.- Hay dos clases: Una oficial organizada por el Ateneo, costeada por suscripción popular, que recorre las calles de Sevilla llevando belleza y alegría a los niños, que ven como los tres reyes sobre carrozas lanzan miles de caramelos sobre ellos.

La otra cabalgata es organizada en cada barrio por las Asociaciones de vecinos, en las que intervienen los niños, padres, comerciantes,... más pobres, pero hechas con ilusión, en las que no faltan los cohetes, caramelos, y las bandas de música que alegran el ambiente con sus marchas alegres.

La Festividad de Reyes se celebra más tarde en cada casa, en la que no faltan: juguetes para los más pequeños, regalos para los mayores, cava, el típico rosco de reyes y buenas comidas.

FEBRERO o MARZO.- Miércoles de Ceniza.- Fiesta religiosa que anuncia el principio de la Cuaresma, es el toque de atención para capillitas, nazarenos, costaleros,...todos se ponen en movimiento: triduos, quinarios, novenas, ensayos, traslado de imágenes, montaje de pasos,.. todos los días hay algo que hacer, la semana Santa se acerca.

También se celebran los carnavales; aunque Sevilla ha visto como sus carnavales han ido desapareciendo casi totalmente, en las esferas sociales y Asociaciones parece como si empezaran a reorganizarse, aunque solo en algunos barrios y colegios.

MARZO.- Semana Santa.- Se continúa con los actos preparatorios de la Semana Santa. Nos encontramos con besamanos, besa-pies, rosarios de la aurora, pregones, exposiciones. Salen los programas de la Semana Santa, los palcos comienzan a montarse, hay conciertos de marchas procesionales y más ensayos y costaleros.

Por fin llega la Semana Santa, y con ella un movimiento de gente inusual en todos los barrios, "hay que sacar la cofradía a la calle" y millares de sevillanos cumplen su misión de forma desinteresada. Durante toda la semana se visitan Sagrarios, se asiste a los Santos Oficios, mantillas, estrenos de ropas, miserere, calles llenas del sonido de las marchas procesionales, calles abarrotadas, bares llenos, puestos de churros y chocolate,... mientras los pasos
acompañados por sus cofrades hacen estación en la Santa Iglesia Catedral.

ABRIL.- Feria en Sevilla.- Nada más terminar la Semana Santa, los sevillanos se preparan para la Feria.

Se montan las casetas con farolillos, flores de papel, bombillas, tocadiscos, tablas, mostradores, cuadros, espejos, lámparas y decorados y mientras se canta, se baila y se bebe manzanilla para que el día de la inauguración la caseta sea la más bonita de todo el recinto ferial y poder (quien sabe) conseguir un premio a la mejor caseta decorada.

Cuando llega la semana de feria no falta en las casetas el “pescaíto” frito, el caldito, la tortilla de papas con la manzanilla o el fino, el baile, y el cante en las reuniones de amigos harán olvidar los problemas diarios.

MAYO.- Comuniones.- En este mes celebran este sacramento los niños entre 8 y 9 años y las familias se vuelcan en el niño e intentan que no les falte ni un detalle y su lucimiento sea el de ellos mismos. Antes de celebrar el sacramento el niño se ha preparado su catequesis. El día de su Comunión se celebra junto con familiares y amigos, recibiendo regalos.

Las Cruces de Mayo. En este mes es típico ver Las Cruces de Mayo que se alzan en los barrios de Sevilla. En patios o plazoletas se preparan unas cruces hechas de papeles de colores y sus alrededores se adornan con macetas, farolillos y se celebran espectáculos.

Los más pequeños organizan las cruces de mayo, imitación de cofradía hechas por ellos mismos con la imagen tradicional de una cruz, con costaleros, capataces, tambores, que pasean por el barrio y piden la voluntad que las personas que la ven, dan gustosas.

El Rocío. No se puede olvidar que es también el mes del Rocío y Sevilla ve como las hermandades organizan sus carretas y se preparan para hacer la peregrinación para llegar a Ella. Entre palmas, cante, y el fervor de los rocieros sale en la “madrugá” del Lunes de Pentecostés por las calles de la aldea la Reina de las Marismas.

San Fernando.- El día 30 de Mayo, se celebra el día de San Fernando, patrón de la ciudad. Se puede ver el cuerpo incorrupto del Rey en la capilla de la Virgen de los Reyes, en la Catedral: desfile, misa y guardia de honor para la ocasión.

JUNIO.-Procesión del Corpus Christi. Se adornan las calles del centro de Sevilla, los balcones, los escaparates de algunas de sus tiendas, y se ponen altares en calles por donde pasa la procesión con su Custodia. Desde muy tempranas horas de la maña se empieza a ver movimiento en los alrededores de la Catedral con la formación de dos filas de soldados en las aceras y la calles por donde pasa el Santísimo llenas de ramitas de romero; bailan los seises y tocan las campanas de la Giralda.

AGOSTO.- El día de la Virgen de los Reyes. Patrona de Sevilla, sale en procesión después de una novena en la Catedral moviendo a muchos sevillanos, que incluso interrumpen sus vacaciones y vuelven a Sevilla para verla en su corto recorrido por los alrededores de la Catedral a muy temprana hora de la mañana. Se dice que la primera vez que se la ve en procesión la Virgen concede uno de tres deseos que se le pidan.

NOVIEMBRE.- Mes de los Difuntos. En este mes los sevillanos recuerdan más especialmente a sus antepasados, visitas al cementerio, limpieza de lápidas, flores, y culto. Durante este mes no hay fiestas del pueblo.

DICIEMBRE.- Celebración del día de la Inmaculada.- Sevilla celebra la víspera del día de la Inmaculada. A partir de las doce de la noche en la plaza que lleva su mismo nombre y bajo una imagen suya se reúnen miles de sevillanos que van a ver el homenaje que cada año hacen los tunos a Nuestra Señora. No hay que olvidar que Sevilla es la tierra de María Santísima.

La Navidad.- Cuando llega el día 24 por noche se reúnen las familias para celebrar el nacimiento del Niño Jesús, y se come el tradicional pavo y dulces de Navidad (mantecados, turrones, mazapanes...) y después de la cena, a las 12 de la noche se asiste a la Misa del Gallo. Acompañando a estas fiestas en las casas se ponen los nacimientos o belenes.

Fin de Año.- La última celebración del año es la noche del día 31, noche de fin de año, en la que después de la cena y tomar las 12 uvas (las uvas que traerán la suerte durante todo el año) a medianoche, mientras suenan las 12 campanadas, se montan cotillones y fiestas organizadas o de amigos en las que terminan bailando todos los que tienen ganas de juerga.

Resumen basado en el libro "Memorias de Sevilla" de Federico Reina Salas.

               
La Semana Santa en Sevilla.
La Tradición de la Semana Santa data del siglo XIV.

Sevilla tiene un ambiente especial en la Semana Grande que la diferencia de todas las demás.

Semanas antes de llegar la Semana Santa a Sevilla, la ciudad se empieza a preparar para que las procesiones recorran sus calles. Se ponen unas barras metálicas que forman el esqueleto de lo que serán los palcos que se alzan en la Plaza de San Francisco, en pleno centro de la ciudad, y lugar de paso obligado, "carrera oficial", de las Cofradías que harán acto de penitencia.

En los escaparates de cafeterías y comercios del centro de la ciudad podemos ver reproducciones de imágenes, pasos en miniatura, y en las confiterías los típicos nazarenos de caramelo con sus túnicas e insignias: de capa y de cola, con cirio o con vara, cíngulos y cinturones de esparto, todo al detalle.

Los primeros nazarenos en salir de su templo son los de la cofradía de la Paz, del barrio del Porvenir, y los que abren la Carrera Oficial son los niños de la Borriquita, de la parroquia del Salvador.

A partir del tan esperado Domingo de Ramos un total de 57 cofradías repartidas durante toda la Semana confluyen en la carrera oficial, realizando así cada una de Las Hermandades su estación de penitencia, y regresar de nuevo a sus templos, recorriéndose así los más diversos puntos geográficos de la ciudad.

La Semana Santa en Sevilla siempre es distinta. Año tras año se vive y se siente por todos aquellos que pertenecen a alguna Cofradía y por el pueblo que sale a la calle para no perderse la salida de los pasos con ese sacrificio de los costaleros, para ver como los varales no rozan al pasar por los pórticos de las Iglesias, para contemplar los pasos al revolver una callejuela, al cruzar un puente, al reflejarse en el agua, y ver como se mueve ese paso de palio al llegar a su templo.

En Sevilla, al llegar la Semana Grande se respira primavera, el azahar de los naranjos, el incienso, la cera, todos estos olores se mezclan en el aire y se vive más intensamente el sentimiento religioso. A casi todas las cofradías que hacen su estación de penitencia se les acompaña de los cantos de la saeta, por martinetes, en algún momento de su recorrido.

Existe la tradición de que el Domingo de Ramos quien no estrena algo se le caen las manos y siempre se intenta estrenar alguna prenda. El Jueves y el Viernes Santo las mujeres se visten con el traje de mantilla, adornada con claveles el Jueves Santo y sin claveles el Viernes Santo, como señal de luto y se visitan siete Sagrarios como corresponde a la ocasión. También es costumbre comer en esa semana las "torrijas" y los "pestiños".

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Los seises de la Catedral.
En Carnaval, Ocho días antes del Corpus Christi y en la semana de octava de la Inmaculada puede contemplarse el baile de los niños seises de la Catedral. Forman un grupo de canto y baile con trajes y canciones del siglo XVI.

Su fundación data de al menos el año 1.439 y se rigen por un estatuto de 1.508. En un principio eran conocidos por niños cantorcillos y mozos del coro.
En los 2 primeros siglos vestían de pastorcillos y en alguna festividad se cree que con trajes de ángeles.

La palabra seise es una modificación del seseo andaluz del vocablo del castellano antiguo seize que significaba 16. Seguramente este era el número de niños cantorcillos, que en la actualidad se ha reducido a 10.

En el siglo XVI o XVII cambió su indumentaria por un traje de paje al estilo de la corte de los Austrias. El “juboncillo” del traje -que viene a ser una chaquetilla sin mangas- es de color rojo para el Corpus y azul celeste para la Inmaculada. La prenda inferior es un calzón corto de seda blanca, como las medias. Se completa con una banda que cruza el pecho, unos zapatos de raso y un sombreo con plumas.

Inicialmente los seises bailaban con el adufe o pandero, pero en el siglo XVI éste fue sustituido por las castañuelas. Cada acto consta de 3 bailes: el primero en honor del Santísimo Sacramento o de la Virgen, el segundo en honor del prelado y el tercero en honor de las autoridades y del pueblo.

Sus ceremoniosos bailes ante el altar de la Catedral, no siempre han sido aceptados por el arzobispado hispalense, siendo motivo de conflicto con el Cabildo catedralicio. Una resolución del Papa dispuso que:

"Continúen los seises y sus bailes en la Catedral de Sevilla como hasta ahora, pero solamente por el tiempo que les duren los actuales vestidos, y cuando éstos sean desechados no se les hagan vestidos nuevos y se dé por terminado este uso".

Desde entonces, la vestimenta se remendaba siempre por partes, sin deshacer la prenda entera, aunque en la actualidad se ha quedado en sólo una leyenda, ya que, los trajes se han cambiado en este siglo un par de veces.

Hay que reseñar la labor realizada por el Maestro Guerrero en sus comienzos, y más recientemente la del Maestro de capilla D. Ángel de Urcelay, compositor, director de la extinta Escolanía V de los Reyes y gran impulsor del baile de los seises en la época moderna, rescatando los antiguos movimientos o "pasos", los cuales con la moderna "coreografía" había perdido parte de su tradicional encanto.


Las Puertas de Sevilla.
La muralla de la ciudad de Sevilla contaba con 16 puertas, a través de las cuales se hicieron su historia y leyendas.

Estas puertas le servían a la Ciudad, no sólo para defenderse de las ataques, sino también de las inundaciones del Guadalquivir, por lo cual se conservaron intactas después de los ataques moros que terminaron en 1.492, y fue en el año 1.884 cuando se derribaron puertas y murallas con la construcción de muros de defensa hidraúlica y desviaciones del cauce del río.

Sevilla llegó a ser la ciudad mejor amurallada de Europa. Su recinto de torreones y muros fue construido por Julio César y fueron los árabes los que en 1.147 completaron la obra ensanchando la cidad y amurallando también la zona ensanchada. Desde 1147 hasta el siglo XX el recinto de la murallas de Sevilla constaba de las siguientes puertas:

Desde la Puerta de la Macarena seguía la muralla la Puerta de Córdoba que se encontraba en la Ronda de Capuchinos, seguida de la Puerta del Sol, Puerta Osario, Puerta de Carmona, Postigo del Jabón, Puerta de la Carne, Postigo del Alcázar que daba entrada a los actuales Jardines de Murillo, que eran parte de la huerta del propio Alcázar, Puerta San Fernando que se construyó en el siglo XVII al construirse la Real Fábrica de Tabacos, Puerta de Jerez en el extremo sur de la ciudad. Seguimos con la Puerta del Carbón, El Postigo del Aceite que todavía existe, Puerta del Arenal, Puerta de Triana, Postigo de San Antonio, a la espalda del convento que lleva el mismo nombre, Puerta de San Juan, Puerta la Almenilla o Barqueta, Postigo de la Feria, y se cierra el recinto de nuevo con la Puerta de la Macarena.

Postigo del Aceite.
Postigo del Alcázar.
Puerta del Arenal.
Puerta de la Barqueta.
Postigo del Carbón.
Puerta de Carmona.
Puerta de la Carne.
Puerta de Córdoba.
Puerta de San Fernando.
Puerta de Jerez.
Puerta de San Juan.
Puerta de la Macarena.
Puerta de Osario.
Puerta Real.
Puerta del Sol.
Puerta de Triana.


En la actualidad quedan en pie la Puerta de la Macarena, el Postigo del Aceite y la Puerta de Córdoba frente al convento de Los Capuchinos.

De la muralla aunque se derribó en el siglo XIX, aun quedan trozos de ella visibles. De las torres defensivas principales que tuvo Sevilla junto con los torreones de la Muralla, existen la Torre del Oro, junto al río y la Torre de la Plata , que se ve desde la calle Temprado, rodeada de edificaciones. Otra Torre defensiva es la Torre de Don Fadrique, que se encuentra algo alejada de la muralla, sita dentro del Convento de Santa Clara.

Entre las puertas también se contaban los postigos, cuyo significado era puerta trasera. Eran pequeños y abiertos en otra mayor. Las características de la construcción de estos postigos eran similares tanto en los materiales empleados que eran una mezcla de cal, arena y cantos rodados como en técnica de construcción.


La Feria de Sevilla. Su origen.
Para los que conocen el origen de la Feria de Abril de Sevilla:

En 1.847 Doña Isabel concedió a Sevilla la celebración de la feria anual de ganados, siendo su fecha de inicio el 18 de Abril. Con motivo de esta feria de ganado, hubo familias que se fueron a vivir al recinto durante el tiempo de la celebración, pero se iban de forma cómoda; una "caseta" de lona, muebles de enea, retratos, daban ambiente a la misma; en la parte trasera estaba la cocina bien provista, de entre otras cosas, de vinos para invitar siempre a los amigos.

Entre todo esto comenzaban las palmas, la guitarra y un poco de taconeo y baile. Con el paso del tiempo la Feria se organizaba en el Prado de San Sebastián, y pasó a ser la fiesta de todos los sevillanos, compartida con forasteros. A parte de las casetas familiares, empiezan a surgir las de peñas, instituciones, de negociantes, más tarde, de grupos de amigos, hasta llegar al tipo de casetas que se conocen hoy.

Las casetas participan por conseguir varios de los premios que les concede el Ayuntamiento como puede ser a la mejor adornada, a la mejor instalada,... ya que, en algunas de ellas se puede ver el esmero y el gusto con el que se están decoradas.

Siempre la feria se celebra en abril, en primavera. Durante la Fiesta se intenta que todo sea alegría. Las sevillanas acompañan la fiesta con el traje de flamenca, tradicionalmente de lunares, y los hombres con el traje de corto, para montar a caballo. Si no vistes el traje típico, es muy normal ponerse los hombres un clavel en la solapa, o las mujeres en el pelo. En la emisoras de radio se escuchan las sevillanas que se bailan durante toda la semana de la feria (y también el resto del año).

En la semana de la feria se lidian todos los días 6 toros de distintas ganaderías importantes por renombradas figuras del toreo. Antes, los toros se encerraban en la típica Venta de Antequera, donde se encontraban los corrales, y ahora se llevan directamente a los chiqueros de la plaza.

La Feria de Abril que empezó como feria de ganado, se llevó ciento veinte años en el Prado, y por motivos de falta de espacio, se traslada a los Remedios, donde la viven los sevillanos y no sevillanos. Todo aquel que quiera conocerla que se anime y adelante!.

Sobre la Feria de Sevilla se puede escribir mucho, pero no puede explicar su ambiente, hay que estar aquí vivirlo y sentirlo.