Izq. s. XI, dcha. s. XIII y centro s. XVI |
En
su día fue la torre más alta del mundo con sus 97,5 m de altura y, aunque
dejará de ser el techo de la ciudad en 2010 por el futuro proyecto que está en
marcha para construir un edificio de oficinas de aproximadamente 178 m, seguirá
siendo su icono mundial por excelencia, además de ser una de las imágenes más
famosas de la ciudad y de toda Andalucía.
La
torre está constituida por dos cuerpos diferentes aunque perfectamente unidos,
mostrando un ejemplo perfecto del crisol de culturas existente en la ciudad.
El
cuerpo musulmán es el más antiguo, fue iniciado en 1184 por orden de Abu Yaqub
Yusuf para ser el alminar de la mezquita almohade de Sevilla. Su construcción
se comenzó en piedra, tal y como se puede apreciar en su base, y se emplearon
los restos de algunos edificios y lápidas romanas. La muerte de Abu Yacub trajo
un cambio en la obra, al encargarse de ella Alí de Gomara, quien contunuó la
construcción en ladrillo. Se basó en el alminar de la mezquita Kutubia (70
metros) de Marrakech, (Marruecos) y considerada obra maestra del arte
hispano-magrebí. También se la considera hermana de la gran Torre Hasan (60
metros) de Rabat.
Como
curiosidad cabe destacar el hecho de que la Giralda no tiene escaleras, sino 35
rampas suficientemente anchas para permitir que el sultán subiera por ellas
montado a caballo para ver la bella estampa que se divisa.
A
raíz de un terremoto ocurrido en 1365 se perdió el yamur original, conjunto de
cuatro esferas o "manzanas" de tamaño decreciente en cobre dorado que
coronaba la torre. En aquel momento fue sustituido por una sencilla espadaña.
Posteriormente
en el siglo XVI, se añadió el actual cuerpo cristiano, el campanario que remata
la torre. La construcción de este cuerpo estuvo a cargo del arquitecto cordobés
Hernán Ruiz, encargado para realizarlo con un remate en forma de estatua que
representara la Fe.
Ya
desde principios del año 1558 este arquitecto presentó ante el Cabildo las
trazas para la construcción de un modelo para el campanario, junto con las de
la Sala Capitular, sus dos obras emblemáticas para la catedral hispalense. El
conjunto fue comenzado en ese mismo año, y aunque las obras de la catedral
estaban abiertas por varios frentes (también por entonces se trabajaba en la
Capilla Real), en aquellos años la principal ocupación de Hernán Ruiz II estaba
en la realización del cuerpo de campanas de la torre, obra que acabó en el año
1568.
Originalmente
Giralda era el nombre que tenía la figura de la Fe, una enorme estatua
realizada por el escultor Juan Bautista Vázquez El Viejo sobre el modelo
previamente diseñado por el pintor Luis de Vargas, que con más de 4 m de altura
(7 con el pedestal) corona el campanario y que fue instalado en el mismo año
1568. El nombre proviene de los giros que se producían en la figura con los cambios
de viento, pues hace las veces de veleta. Con el paso del tiempo, ese nombre
pasó a denominar a la propia torre, conociéndose la figura como el Giraldillo.
El
siguiente cuerpo que tiene encima del de campanas es el cuerpo de las azucenas,
que cuenta con cuatro jarras de azucenas de bronce, una en cada esquina. Las
actuales azucenas son reproducciones de las antiguas, casi desaparecidas por el
deterioro del tiempo. Son obra del conocido y recientemente fallecido orfebre
Fernando Marmolejo Camargo, que incluso tuvo el honor de colocarlas por lo que
se le conoce cariñosamente como "el prioste de la Giralda". Y encima
de este existe otro cuerpo más de estilo renacentista formado por el cuerpo de
carambolas, cuerpo de estrellas, cúpula y cupulín y sobre éste la estatua de la
Fe.
El 29 de diciembre de 1928, fue declarada
Patrimonio Nacional; en 1987, integró la lista del Patrimonio de la Humanidad.