Visitar Sevilla en 5 días

EN 1 DÍA y 1 NOCHE
Mañana > Catedral, Giralda, Real Alcázar y La Iglesia del Salvador.
Tarde >  Barrio de Santa Cruz y Plaza de España.

Si estás un solo día en Sevilla, hay algo que no puedes perderte, visitar la Catedral, subir a la Giralda, el Real Alcázar y la Iglesia del Salvador. No te llevará demasiado tiempo, pero sí el suficiente para ocupar parte del día. Dedica la mañana a visitar la catedral gótica de mayor planta del mundo y el palacio real habitable más antiguo de Europa el Real Alcázar (Todos Patrimonio de la Humanidad), (recuerda que con su entrada podrás acceder también al Antiquarium, un museo con restos romanos situado en el Espacio Metropol Parasol en la Plaza de la Encarnación).

La tarde, callejea por el Barrio de Santa Cruz y sigue el camino por el Paseo Catalina de Ribera hasta llegar a la Antigua Fábrica de Tabacos. De ahí a la Plaza de España no hay mucha distancia. No puedes irte sin contemplar la majestuosidad de este edificio y el salvaje trazado del Parque de María Luisa. El resto del tiempo, resérvalo para tapear, pasear y disfrutar de la luz y la atmósfera de una ciudad que te recibe con los brazos abiertos.

La noche: Espectáculo de Flamenco en cualquiera de los tablaos que te ofrece la ciudad.

EN 2 DÍAS
Mañana > Museo de Bellas Artes, Parque de María Luisa.
Tarde > Museo Arqueológico, Museo de Artes y Costumbre Populares.

Si vas a pasar 2 días en Sevilla, además de lo anterior, por la mañana, te aconsejamos una jornada llena de arte. Pásate por la segunda pinacoteca de España el bello Museo de Bellas Artes, contempla el arte de El Greco, Velázquez, Murillo, Goya,  Gonzalo Bilbao, etc.

Dirígete a la antigua judería sevillana, el bello e icónico Barrio de Santa Cruz. Si buscas la Sevilla más típica, éste es sin duda un lugar que no puedes perderte. Callejones estrechos, pequeñas plazas sembradas de naranjos, tiendas de artesanía, patios andaluces y mucha historia. Pese a ser una zona muy turística, en este barrio puedes encontrar muchos lugares donde reina la calma y el silencio.

La tarde continuamos con arte, dirígete al Parque de María Luisa, concretamente a la Plaza de América donde encontrarás el Museo Arqueológico una gran representación de las huellas de nuestros antepasados. Justo enfrente dedicamos a seguir visitando las costumbres de nuestros antepasados, contemplando sus improntas en el Museo de de Artes y Costumbre Populares, destacamos su arquitectura mudéjar del pasado siglo.

Recomendamos: Tapear en la plaza de Santa María la Blanca, pararse en el callejón del Agua, la Plaza de Doña Elvira, pasear por los Jardines de Murillo y reponer fuerzas y ver un espectáculo en el Museo del Baile Flamenco.

La noche: Tendrás que reservar la visita nocturna teatralizada del Real Alcázar.

EN 3 DÍAS
Mañana > Archivo de Indias, La Santa Caridad, Museo Taurino.
Tarde > Ayuntamiento, Palacio de la Condesa de Lebrija, Casa de los Pinelo y Casa de Pilatos.

Para el tercer día, por la mañana te proponemos una ruta que incluye el Archivo de Indias, lugar donde se guardan documentos sobre la gesta del nuevo mundo, dirígete hacia la Plaza del Salvador, toma la calle Cuna dirección norte hasta llegar al Palacio de la Condesa de Lebrija, con restos romanos de alto valor histórico. Siguiendo con la temática de la antigua Roma, te interesará descubrir cómo vivía este pueblo en el Antiquarium, bajo Metropol Parasol. Cerca de aquí puedes visitar La Casa de los Pinelo es una Casa-Palacio renacentista del XVI. Tras dejar atrás la mayor estructura de madera del mundo, pasamos por la Alameda de Hércules, una de las zonas más jóvenes y alternativa de Sevilla, aprovecha para tapear por la zona.

Para la tarde te ofrecemos el edificio que representa a todos los sevillanos el Ayuntamiento obra del siglo XVI, levantado un año después que el Emperador Carlos V contrajese matrimonio con Isabel de Portugal en nuestra ciudad. Muy cerca de aquí ve hacia la calle Cuna, hasta llegar a uno de los palacios más bellos de la ciudad Palacio de la Condesa de Lebrija y después has de tomar la dirección a la Plaza de la Alfalfa y dirígete a la calle Águila donde encontrarás otro de los palacios más representativos de la ciudad la Casa de Pilatos.

La noche: Pasea en barco por el Guadalquivir.

Recomendamos: Comprar vino de naranja y otros productos típicos de Sevilla en el tradicional Mercado de Feria.


EN 4 DÍAS
Mañana > Triana, Castillo de San Jorge, Centro Cerámica Triana.
Tarde > Pabellón de la Navegación, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y Jardín Americano.

La mañana en nuestro cuarto día, vamos a cruzar el río y llegar a Triana por el Puente de Isabel II. Este barrio, con una identidad muy marcada, es cuna del flamenco y la alfarería, además de estar muy ligado al río Guadalquivir. El Castillo de San Jorge es un espacio para la reflexión que hace uso de un antiguo escenario de la Inquisición para hablar de tolerancia y respeto. Muy cerca podemos acercarnos a contemplar el Centro Cerámica Triana, La Capilla de los Marineros donde encontraremos a la Virgen de la Esperanza de Triana muy venerada por los trianeros.

Por la tarde nos dirigiremos hacia el norte para contemplar El Pabellón de la Navegación, ya situado en lo que fue el recinto de la EXPO'92, es un moderno museo con material interactivo y una torre mirador. Muy cerca de allí se encuentra el Monasterio de la Cartuja, que alberga el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Frente a este, el Jardín Americano, uno de los que contiene 350 especies de plantas, un umbráculo y un jardín acuático.

¿Tienes más tiempo? Continúa hacia la Basílica de la Macarena y el Hospital de las Cinco LLagas, además de subir a la Torre de los Perdigones y ver la ciudad como nunca la habías visto en su cámara oscura.

La noche: Conoce por ti mismo el tapeo nocturno por el Casco Histórico más grande de Europa.

Recomendamos: Tapear en la calle Betis con vistas al Paseo Marqués de Contadero, bajar al Callejón de la Inquisición y el Paseo de la O, dar una vuelta por el antiguo recinto de la EXPO92 y recordar qué había antes en cada lugar. Leer un libro en el "umbráculo" del Jardín Americano, hacer kayak frente al Pabellón de la Navegación

EN 5 DÍAS
Mañana > Iglesias de San Gil, de Santa Marina, de San Luis,  de San Marcos y el Convento de Santa Paula.
Tarde > Iglesia de San Lorenzo, El Gran Poder y sin rumbo fijo.

Por la mañana para caminar sin prisas iremos a la zona norte y comenzaremos en la puerta de la Macarena y nos dirigiremos hacia la calle San Luis una de las vías de la ciudad con más iglesias de San Gil, de Santa Marina, de San Luis,  de San Marcos, todas muy bellas destacando la de San Luis que es una de las mayores representaciones del barroco de la ciudad. Comprueba la ubicación y horarios de estos monumentos aquí.

La tarde no debes dejar de visitar al “Señor de Sevilla” El Gran Poder es obra de Juan de Mesa de 1620 fue uno de los más prestigiosos imagineros de Sevilla, La Hermandad del Gran Poder es una cofradía de Semana Santa establecida en la ciudad, fundada en 1477, participa en los desfiles procesionales en la madrugada del viernes santo. Junto a esta podemos pasarnos por la Iglesia de San Lorenzo templo de estilo gótico-mudéjar, fundado durante el siglo XIII, aunque sus restos más antiguos datan del XIV.

El mejor consejo que te podemos dar es que camines sin rumbo fijo, simplemente déjate llevar y disfruta de la ciudad, descubre sus rincones más ocultos y acércate al día a día de Sevilla.

La noche: Contemplar las estrellas en las diversas terrazas de nuestra ciudad.

Recomendamos: Comer en alguno de los restaurantes vanguardistas o exóticos de la Alameda, "tapear" en el señorial y tradicional barrio de San Lorenzo, comprar por las selectas tiendas del barrio del Arenal y, si es domingo, hacerte con una obra de arte del mercado de la Plaza del Museo.



Todos estos consejos no serían válidos si no puedes elegir a tu gusto qué visitar de nuestra ciudad.

Casa de Las Columnas 1780

El edificio es de planta rectangular algo escorada hacia la izquierda y ocupa la zona derecha de la manzana formada por las calles Pureza, Duarte, Betis y Juan de Lugo.

Tiene fachada a dos calles, Pureza y Betis, estando la entrada principal en la primera de ellas.

Se trata de una Casa Patio de finales del siglo XVIII en estilo barroco sevillano. Las estancias se distribuyen en torno a dos patios situados ambos en el eje longitudinal que, desde la portada de la calle Pureza atraviesa el edificio.

La crujía de fachada alberga tres estancias, el zaguán que da paso al patio de mayores dimensiones, y dos salas, una a cada lado del eje.

Este patio es de planta cuadrada, con arquerías sobre columnas y pilares. Las columnas son toscanas y los pilares de sección rectangular. Estos últimos sostienen un arco carpanel, mientras que los restantes arcos son de medio punto.

Desde aquí se accede a la zona central del edificio donde, flanqueando siempre el eje longitudinal de entrada, se disponen varias estancias. En el lado derecho arranca la escalera, de tipo imperial, encuadrada por dos pilares con dos pilastras a los extremos que sostienen tres arcos de rosca irregular; el central rebajado y los laterales escarzanos. En el piso alto, el desembarco de la escalera se organiza de forma similar al arranque.

La zona posterior del edificio se organiza en torno a un patio de pequeñas dimensiones y planta cuadrada, con cuatro pilares achaflanados de ladrillo en limpio que soportan arcos muy rebajados que dan paso a un sencillo cuerpo superior horadado por ventanas rectangulares.

La fachada principal de la calle Pureza se articula a través de grandes pilastras toscanas, cajeadas, sobre pedestales. En el centro se abre la portada, encuadrada por columnas toscanas también sobre pedestales de fábrica de ladrillo enfoscada. Sobre esta portada, fragmentos de entablamento con artísticos canecillos soportan el balcón principal. La puerta de ingreso y el balcón se enmarcan por molduras mixtilíneas y sobre el arco muy rebajado de la puerta se lee la fecha de construcción: 1780.

En el primer piso, a ambos lados del balcón, se sitúan sendos balcones con tejaroz situados también sobre trozos de entablamento similares a los del balcón. Remata la fachada un potente entablamento en el que destacan gruesos modillones que sostienen la cornisa que soporta a su vez el alero del tejado.

La fachada posterior a la calle Betis es de carácter secundario y menor empaque. Se organiza en tres plantas, existiendo esta tercera planta o ático sólo en la crujía de fachada. La portada está ejecutada en piedra y su diseño es sencillo, a base de dos pilastras toscanas que encuadran un vano adintelado sobre el que se sitúa un entablamento con canecillos, sobre el que se sitúa el balcón. El ático se articula por medio de pilastrillas toscanas entre las que se disponen ventanales de medio punto y dos espacios vacíos más estrechos. Una cornisa con canecillos sostiene el alero del tejado.

La fábrica del edificio es de ladrillo enfoscado, excepto la portada de la calle Betis ejecutada en sillería. La cubierta del inmueble es de armadura de madera con cubrición de teja cerámica.

La Casa de las Columnas debe emplazarse aproximadamente sobre el espacio de la desaparecida Capilla de la Virgen del Buen Aire; además de la tradición general puede apoyar la aseveración el hecho de que el presbítero Fernando Narbona, cuando levantó hacia 1780 la Casa de las Columnas, colocó en el jardín una cruz de madera en el lugar que ocupó el Sagrario.


Tras la desamortización, la casa fue adquirida junto con otras viviendas de la calle Betis por el cubano Rafael González Abreu, promotor de la creación del Instituto Hispano Cubano de Historia de América. En nuestro siglo pasó a ser casa o corral de vecinos, siendo declarado el edificio en 1973 en estado de "ruina total", ordenándose el desalojo del mismo. En 1984 el Ayuntamiento compra al Instituto Hispano Cubano de Historia de América los restos de la Casa de las Columnas por doce millones de pesetas y en Marzo de 1987 se adjudican las obras de rehabilitación del edificio, finalizándose en el verano de 1989. Actualmente el edificio alberga un Centro Cívico del Ayuntamiento de Sevilla.

Cartuja de Santa María de Las Cuevas 1400-1759

La edificación sigue las pautas del modelo cartujano convencional: el sur para oficinas de legos (graneros, almacenes, bodegas) y el norte para habitación de monjes, ambos unidos en el refectorio comunitario. Huertas y una cerca completan el canon. Dos son las corrientes dominantes, la gótico-mudéjar y la barroca, además de las muy posteriores construcciones fabriles decimonónicas.

La Cartuja se constituía en una pequeña ciudad, defendida de las avenidas del río por el muro que la rodeaba, en el que sólo se abrían dos puertas, la principal a poniente, que daba al campo, y la otra secundaria a levante, que lo hacía al río. Extramuros había un asentamiento habitado por sirvientes y trabajadores. La cerca alcanzaba una altura en torno a los dos metros y medio que se construyeron en tapial con rafas de ladrillo.

La portada principal, barroca, consta de dos cuerpos y un pequeño ático y fue diseñada y ejecutada a mediados del siglo XVIII por Ambrosio de Figueroa. La situada frente al río, rematada por multitud de pináculos vidriados y decorada con azulejos de los siglos XVII y XVIII, fue construida por Diego Antonio Díaz.

Lo que constituyó el núcleo primitivo era el conjunto formado por la iglesia, capillas, refectorio y sala capitular, junto a las celdas de los monjes. Adosado al ábside de la iglesia y en torno a este núcleo se construye posteriormente el gran claustro de monjes. Las celdas de los legos, separadas del gran claustro por la procuración, se ordenaban igualmente en torno a un gran espacio central. Junto a él, a sus espaldas se situaban los almacenes, graneros, tahonas, caballerizas y el resto de las dependencias de servicio del monasterio.

Con la instalación de la fábrica de loza se construyen nuevas edificaciones industriales de menor interés, se reutilizan las existentes, incluido el núcleo original de la Cartuja, provocando no pocos destrozos en sus fábricas primitivas.

La Iglesia de las Cuevas es, como todos los templos cartujos, de una sola nave, hacia la mitad de la misma se situaba el coro de los monjes, y al lado, en dirección a la puerta, el coro de legos, situándose tras este una gran reja destinada a separar los religiosos del público seglar. A los pies, en el lado del evangelio, se encuentra la capilla de Santa Ana, de planta rectangular, y la sacristía a la que se accede desde el presbiterio, también de planta cuadrada.

La cubrición se hace mediante bóvedas de crucería en la iglesia, con bóvedas estrelladas y cúpula de media naranja en la capilla de Santa Ana por y por cúpula octogonal en la sacristía.

La portada del templo se construye en piedra, posee un arco ojival abocinado enmarcado por alfiz y en el hastial encontramos un gran rosetón con vidriera. El refectorio es una enorme sala edificada en 1422 y ampliada en 1588, se cubría con un magnífico alfarje de lazos moriscos en madera de alerce.

El proceso de conversión de la Cartuja en fábrica Pickman de loza comenzó por la reutilización de los edificios existentes, continuó ampliándolos primero con una construcción fabril pero técnica y formalmente correcta (hornos de botella y chimeneas, por ejemplo) y terminó por convertir el conjunto en un inmenso mar de tejados de todo tipo cubriendo una extensión mayor que la cartujana, ocupando huertos y casi todos los espacios abiertos (patios y jardines).

Del antiguo edificio resta hoy un claustro -el claustrillo- en torno al cual se disponen la iglesia, el refectorio, la Capilla de Santa María Magdalena, la Capilla del Capítulo y la Capilla de Santa Ana. El atrio de entrada, precedido por la Puerta de las Cadenas, y la celda prioral, hoy muy transformada. Separadas de este núcleo hay otras edificaciones de menor entidad: algunos restos del claustro de legos, naves de almacenes, caballerizas y otras dependencias de servicio.

De las instalaciones industriales que realiza Pickman en el siglo XIX destacan hoy por su importancia las cinco espléndidas chimeneas -hornos botella- que junto a las edificaciones covitanas caracterizan la imagen actual de la Cartuja.

El claustrillo fue construido en 1454 por mandato del prior Fernando de Torres, y es una de las piezas más bellas de la Cartuja. Se entraba a través de un hueco de la iglesia hoy cerrado. Consta de una galería, cubierta por artesonado, apoyada sobre arcos de gran peralte que apean en esbeltas columnas de mármol y acampanados capiteles, excepto en los flancos, que se refuerzan disponiendo pilares de ladrillo también con capiteles.

Tras el zaguán de la puerta principal se abre el patio del Ave María o de las Cadenas, se trata de un gran patio que se extiende hasta el atrio de la iglesia. Aquí se abre la portada de las Cadenas, que daba paso al hermético mundo cartujano. Se trata de una construcción del siglo XV, conformada por dos arcos góticos apuntados que delimitanun vestíbulo abovedado. Sobre el arco exterior se sitúan tres paneles de azulejos pisanos del XVII. Desde esta antesala se pasa a un pequeño atrio, que distribuye la mansión de los Pickman a la derecha, la celda prioral, a la izquierda, y la iglesia, situada al frente.

La casa de los marqueses ceramistas, fue levantada hacia 1870 para vivienda habitual, sobre la antigua Procuración y la cocina. Se trata de una vivienda de dos plantas en torno a un pequeño patio central.

La celda prioral constaba de una gran casa de dos plantas con patio central cuadrado de estilo renacentista, con galerías de arcos de medio punto en la primera y rebajados en la segunda, ambos sobre columnas de mármol. Aquí se encontraban la residencia del prior, habitaciones para la servidumbre, dormitorios para visitantes ilustres, oratorio, cárcel y biblioteca. Posteriormente el destino fabril de esta celda sería, entre otros, el de laboratorio.

La gran chimenea ubicada en el claustro de los mojes servía para evacuar los humos de la fábrica, hay también cinco hornos de “botella” de diseño inglés situados frente a la procuración.

Este denso entramado de edificaciones, tanto de origen religioso como fabril, se completaba con algunas edificaciones aisladas, como son, la Capilla de Santa Justa y Rufina, el mirador sobre el río, norias y albercas y grandes extensiones de terrenos destinados a huertas.

La Huerta vieja estaba situada detrás del claustro de los mojes, y contiene algunas edificaciones de la época monacal. Desde aquí un camino conduce al merendero construido por Carlos Pickman y proyectado por Lizasoaín en el lugar que ocupara la capilla de Santas Justa y Rufina. Detrás de este merendero hay una edificación adosada a la tapia exterior, con balcones, que quizá fue usado por los monjes como mirador. A continuación de la Huerta Vieja se encuentra la “grande” poblada por frutales y palmeras. Ocupa todo el sector norte del circuito de tapias y en su centro hay un estanque sobre el que se alza un templete diseñado por el autor del merendero.
Actualmente, tras las actuaciones realizadas en el conjunto de cara al 92, se distinguen cuatro áreas de construcción que se insertan como piezas independientes del conjunto cercado, y configuran un amplio abanico en cuanto a criterios de intervención sobre el patrimonio se refiere. Entre estas áreas se encuentran el Conjunto de Afuera, la Zona Monacal, el Área Fabril, la Clausura de Legos y la Huerta Sur.

El monasterio de Santa María de las Cuevas fue fundado por el arzobispo D. Gonzalo de Mena en 1400. El embrión del mismo fue la Capilla de la Magdalena, alzada sobre el solar de una pequeña ermita preexistente, alrededor de la cual se levantaron las restantes dependencias.

Posteriormente, en 1454 se edifica el antiguo claustro y la capilla del capítulo, en 1500 Per Afán de Ribera obtiene el patronato y levanta a sus expensas la iglesia gótica a cambio del derecho de enterramiento. Se trata de un magnífico ejemplo del arte gótico-mudéjar sevillano construido entre 1410 y 1419 y ampliado en 1523. Las Capillas del Capítulo y de Santa Ana datan del primer cuarto del siglo XVI, y en la segunda estuvo enterrado en una cripta Cristóbal Colón y algunos familiares suyos.

A lo largo de los siglos siguientes continuarán las construcciones y ampliaciones, así como las numerosas reconstrucciones, reparaciones y reformas del conjunto, debido a los destrozos causados por las frecuentes inundaciones del Guadalquivir.

La reforma más importante que tiene lugar en el siglo XVIII, en que se desplaza la puerta del recinto murado en dirección opuesta al río, levantándose una nueva cerca perimetral y reconstruyéndose casi totalmente la Capilla de la Virgen de Las Cuevas -llamada también Capilla de Afuera- a cargo del arquitecto Ambrosio de Figueroa, que en 1757 ocupa el cargo de maestro alarife y de obras del a Cartuja.

De 1752 a 1759, Diego Antonio Díaz construye la puerta frente al río, rematada por multitud de pináculos vidriados y decorados con azulejos de los siglos XVII y XVIII. La invasión francesa produjo grandes desastres en el monasterio al ser violentamente saqueado y convertido en cuartel. En 1816 volvieron los monjes, para volver a ser expulsados, ya definitivamente, con la exclaustración de 1835.

En 1838, Pickman, comerciante inglés que ya residía en Sevilla al frente de su casa de loza y cristalería, pidió todo el edificio de la Cartuja a censo y se le concedió por el Real Decreto al año siguiente. Redimiendo después el censo, el edificio pasó luego a ser propiedad de la sociedad que formara con su hermano, instalando una fábrica de loza, que ha venido funcionando hasta hace pocos años.

De 1971 a 1978 se realizaron los trabajos de restauración y consolidación del núcleo esencial de la Cartuja, bajo la dirección de Rafael Manzano. Estas operaciones afectaron a la iglesia, sacristía, claustrillo, refectorio, capilla de los Ribera, de gracias y caminantes, apeadero y portada principal. Se consolidaron la cubierta de la Iglesia y espadañas, así como los volúmenes exteriores de los ábsides.

En 1983, José María Benjumea realiza un estudio previo de la Cartuja por encargo del M.O.P.U. y en 1986 la entonces Consejería de Política Territorial de la Junta de Andalucía encarga a los arquitectos Luis Marín. Aurelio del Pozo y Enrique Yanes un proyecto de restauración y rehabilitación del conjunto.
En 1987, la Consejería de Cultura encargará definitivamente cuatro proyectos parciales, a los arquitectos Fernando Mendoza y Roberto Luna, al equipo formado por los hermanos Sierra, a Francisco Torres Martínez y a Guillermo Vázquez Consuegra, conservando los arquitectos Marín y Pozo, el proyecto de reconstrucción que afecta al conjunto de edificaciones que se hallan situadas a la izquierda de la Puerta del Río.


El recinto acoge hoy diversas dependencias, entre otras, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, que se ubica en las áreas de las naves industriales, la sede en Sevilla de la Universidad Internacional de Andalucía y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.